Manuelita necesita ayuda para subsistir

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Todos los días acude puntual afuera de un restaurante en la zona dorada de Victoria a pedir ayuda, pues a dos años de llegar a la octava década doña Manuela Ontiveros, lucha cada día por sobrevivir. Está cansada sí, pero es optimista, porque su condición mejore, para poder estar tranquila en casa. La historia de Manuela en Ciudad Victoria, es el reflejo de lo que pasa con muchos adultos mayores, que no reciben el apoyo suficiente, ni de familia, ni de la autoridad y que siempre, siempre, siempre esperan que las cosas cambien.
Ya no puede subirse a los micros, sus huesos están cansados y sus manos lucen el trabajo duro de limpiar casas en el que inició desde los 15 años, tiene miedo de tropezar pues su piernas ya -no están buenas- pero con lluvia, sol o frío, acude a este lugar.
Sostiene un botecito, que también ya tiene sus años y no lo cambia porque es “como de la suerte”, y cada moneda que cae, representa acompletar para pasajes, comida y sus pañales.
“Ahorita me comí dos tortillitas con queso y mi café que no puede faltar y a ver si acompleto para comer, porque pago de esos taxis nuevo que hay, pero también ocupo mis pañales”.
Es viuda desde hace tres años y hay algunos choferes que no le cobran a la abuelita por traerla desde la colonia Amalia G. de Castillo Ledon, en Ciudad Victoria, y que son testigos de la necesidad económica que tiene a los 78 años de edad.
“Ya voy a cumplir 79 el 24 de diciembre, a veces no tenemos para festejar pero aquí estamos”, señala mientras espera a que los clientes salgan y le regalen una moneda.
Recuerda que dejó de trabajar en la pandemia y que duró 37 años con su última patrona que tuvo 4 hijos, a los que Manuela cuidó -desde que estaban en la panza- y los quiso como a los dos hijos propios que tuvo.
Guarda sus pertenencias valiosas, en una bolsita de plástico, blanca, muy cuidadita y de ahí saca un pedazo de papel con el teléfono de su nieta Yuri 834 516 2664, ella puede orientar a las personas que deseen ayudarla con despensa, pañales o compañía. Manuelita lo merece.