Asegura Quiroga que el agua de la llave en Tamaulipas es casi, casi, cristalina
Ciudad Victoria, Tamaulipas. – En una declaración que seguramente llenó de confianza (y tal vez sarpullido) a los tamaulipecos, el secretario de Recursos Hidráulicos del estado, Raúl Quiroga Álvarez, afirmó con toda seriedad que el agua que llega a los hogares cumple con los parámetros de calidad que exige la normatividad federal. Sí, esa misma que muchos ciudadanos juran que no incluye el parámetro “olor a pantano”.
Quiroga Álvarez fue enfático: el agua es potable y segura para beber directamente del grifo, gracias a un sistema de monitoreo constante en laboratorios certificados. Porque, claro, si un laboratorio lo dice, ¿quién se atrevería a contradecirlo? Seguramente no los habitantes del sur de Tamaulipas, quienes todavía se preguntan si eso que flota en su vaso es tierra, arte moderno o vida extraterrestre.
El funcionario dejó claro que los análisis de calidad “no son eventuales ni superficiales”, lo cual es un alivio, porque superficial es justamente lo que no se ve cuando uno llena una cubeta y el agua sale con el color del café de olla. Según dijo, el monitoreo es parte de un protocolo técnico permanente. Permanente, como la sospecha de que uno debería hervir el agua aunque solo sea para estar tranquilo.
Eso sí, con un pequeño toque de humildad, Quiroga reconoció que en algunas regiones —particularmente en el sur del estado— aún se trabaja en “mejorar la claridad” del agua y reducir “los niveles de sólidos en suspensión”. Una forma elegante de decir que, a veces, el agua trae más sorpresas que una caja de cereal con premio.
Pero no hay que preocuparse. A pesar de estos “detallitos”, el secretario insistió que el recurso hídrico cumple con las condiciones básicas para su consumo. Porque al parecer, en Tamaulipas el estándar de “básico” incluye un ligero color turbio, textura sorpresiva y sabor indescriptible.
Así que ya lo sabe, estimado lector: si siente un pequeño crujido al masticar el agua, no se alarme. Es solo parte de esa experiencia sensorial completa que las autoridades insisten en llamar “agua potable”. ¡Salud!
